Alimentos sanos y agua limpia son la base de una nutrición adecuada incluso para los rumiantes.
Centrándonos, por ejemplo, en esta directriz en el caso de los forrajes ensilados para la alimentación del ganado, lamentablemente, el silo no siempre se construye y se utiliza de la mejor manera posible. Un buen silo debe permanecer dentro de los muros, estar bien compactado, cerrado con una buena cubierta y una carga adecuada de pesos. Su correcto dimensionamiento debería ser fundamental para un adecuado avance del frente.
Es esencial buscar la optimización de los valores nutricionales de cada producto individual al cargarlo en el carro mezclador para la preparación de las raciones. Hoy en día sabemos con certeza que, aunque muchas personas adoptan algunas buenas prácticas, sólo unas pocas logran contener la pérdida de la sustancia seca en un valor inferior al 10%.
Varios estudios indican que un silo de maíz debe tener una densidad de forraje de al menos 700 kg/m3, pero este parámetro es respetado por menos del 50% de las granjas italianas. La presencia de una compactación insuficiente o el uso de equipo inadecuado abre la puerta a una penetración rápida y profunda del aire en la biomasa favoreciendo la proliferación de la fermentación aeróbica por parte de microorganismos indeseables y en muchos casos tóxicos. El uso de estos forrajes sin duda insalubres, que en algunos casos también son «calientes», tiene consecuencias negativas para los animales tanto en términos de producción (mayor riesgo de mastitis) como en términos de salud (cojera) y reproducción (baja fertilidad).
¿Es posible, por lo tanto, hacer algo para mejorar la calidad del forraje almacenado utilizando los métodos clásicos que se utilizan actualmente en casi toda Europa? Una respuesta interesante a esta pregunta es el sistema de almacenamiento de alta densidad implementado por compactadores como los de ORKEL.
Esta solución, gracias a la muy alta densidad del producto (+30/40% en comparación con un buen silo), eliminando la presencia de oxígeno y la posterior fermentación, permite optimizar la conservación de todos los alimentos húmedos y asegurar un mejor rendimiento.
Esta tecnología ofrece una serie de beneficios operativos y nutricionales:
¡Buen trabajo en los campos este verano!